Isabellamarie

Quien

Con el silencio del atardecer,

trajo el susurro de sus versos,

suaves, sensibles y cautivadores,

como el aroma de los jazmines.

 

Con la sutileza del viento,

recorrió las profundidades

de las azules aguas de mi alma,

dejando turbulencias a su partida.

 

Acaricio la belleza de mi corazón,

y hermosa es la vida cuando lo amo,

Ahora me entiendo y al viento pregono,

no tengo dudas de este amor.

 

He trazado mi fe en el destino,

para retener su amor para mí,

y a cambio dedicarle todo mi ser,

Ven y termina esta soledad.