roeugui2009

Sus saetas

Fue la saetera

más ingenua que conocí:

una vez en mano la presa,

limpia los dardo ensangrentados

y deja en el piso su botín.

 

¡Ah! Que iluso resulté;

sin querer serlo,

con flores y buen acento,

me convertí en víctima

de su despiadado juego.

 

¡Ay! Que tonto fui

al entregarle mis libros,

sin ojos de mendigo,

al más avaro de la orbe

que se vestía de pobre.

 

Disfracé su vicio

con hermosas virtudes:

cuando miró otra estrella,

más clara y más bella,

golpeó con furia mi pecho

 

y me regaló un espejo

para que mi rostro contemplara.

Sí, fue la saetera

más ingenua que conocí.

 

Rodrigo Eugui Ferrari

Uruguay