Me convertí en esperanza inútil
en medio de una habitación
donde se reclaman otras miradas,
contiguo a la nada descansa mi cuerpo
y mi mirada se pierde por
los espejos enlutados de los sueños,
todo a mi alrededor esta disponible
y sólo en mi intelecto hay pedazos
relegados de otros días de ausencias,
enmudezco y sólo oigo la voz de mi alma
y otra vez me duermo sin saber de nadie,
mi cama también siente el mismo frío
de la soledad y entre sus sabanas blancas
ansia otro cuerpo tibio que le de calor
a su holgado espacio.