MonoFloyd

Ceniza y Fuego

Pisadas lejanas
hoy te calan profundo en el ayer,
quizá por su estela borrosa
o por esa alocada fantasía
de recorrer nuevamente sus calles
sea como sea,
algo llama a tus espaldas
y por más que tratas,
tu cuello se detiene
ante los brazos del tiempo siempre reprimente
que impiden la retrospectiva
y procuran el olvido.

Pero no es sólo un dictador oscilante
si no que también un abono,
un respiro,
para aquellas añoranzas menguantes
que como la luna alzan su canto.

Cantos sobre sonrisas
y esa simplicidad perdida,
cantos sobre llantos
y esa oscuridad fugitiva,
cantos sobre la infancia
y esa melodía de juegos
cantos en la vida
y ecos en las soledades desconocidas.

Los ojos... adobe y piso de tierra
la mirada... en un cielo demasiado lejano
el futuro... una imagen que jamás sucedió.

Pero que es el pasado
si no el espejo de la vida?
el hoy miente desvergonzado
creyendo que los temores del ayer
nos son conocidos,
aún cuando el ahora en la vida
no cambie mucho al de antaño
y el miedo aún resida en los pasos,
los espacios se formen entre los ideales
a ellos que nunca comprenderemos
cuando volteemos a mirarlos otra vez.

Cuanto quisieramos ser y no arrepentir,
cuanto quisieramos voltear y sonreír
inmolar en el momento el remordimiento
y gritarle al mundo que somos vulnerables
enfrentar el frío y ser radiantes
sin necesidad de resguardarnos
sin intención de alejarnos
quemar la vida en un incendio
ser ceniza y fuego cada día.