En este cuento, le voy a decir, que un día salió una abuelita con sus nietos a pasear, por las sierras de Córdoba, y se encontró, con una expedición que decían ir, a las cuevas de los gnomos. Quien cree en gnomos, jajaj, además ir a ver las cuevas, con los niños no da. Pero pudo más la curiosidad, de la señora y sus nietitos. Iban tomados de la mano, los hermanitos con un poquito de miedo a los desconocido y un mucho de entusiasmo por lo desconocido. Fueron hasta aquella loma allá arriba, uy, cuidado un piedra y otra y... que formas raras tienen.
Siguieron por el sendero empedrado cuesta arriba, luego la planicie donde hay, varios negocios. Unos de ventas de ropa, otro de productos artesanales... varios… y una cafetería, donde hay venta de comida, sandwichs, masitas, gaseosas, las provisiones que la abuela compra para los niños. Una escalera en un costado hacia arriba que calor! No se puede subir, pero un hadita allá arriba está haciendo señas para que continúen.
Una rampa colorida, con motivos infantiles, les llevan a la cima, de un tobogán gigante. Allí los niños con gran algarabía, tienen su recreo junto a su nona, se tiran desde arriba sobre un tobogán de chapa que al llegar a la base, uy mamita, que cosquillitas en la pancita... Cuando la abuelita se levanta y los niños van corriendo, pobrecita le cuesta alcanzarlos. Continúan por una vereda de ripios y arena, llegan a una gran piedra, gigante como un Ombú. Qué forma rara tiene esa piedra, y parece que se nos cae encima... su forma es la de un zapato de dama. Sin tacos jaja se caería, no podría semejante piedra estar sobre un taco de aguja... Y los niños?... Cansados... continuaban buscando las cuevas de los gnomos, pero no saben que ocurrió, una cueva ellos vieron, y corriendo hacia allí se fueron. Su abuela que iba detrás de los niños y gritando, que tuvieran cuidado.
Cuando llego a la cueva, la sorpresa que le esperaba!!, Un anciano muy chiquito, sentado en una mesa, con sus nietecitos jugando, a las escondidas... Que miedo cuando noto que la cueva tenía otras entradas hacia dentro de la piedra... como túneles, y los niños no les veía. Que sorpresa, cuando les encontró, y corriendo hacia ellas los niños le contaron su aventura con los gnomos, y la abuela les decía que hacía más de tres horas que ella les estaba buscando en esa cueva sin hallarles y sin hallar incluso la salida, había muchos túneles.