¿Aún suspira al otro lado de tu boca?
¿Aún sostiene tu sonrisa su pasar?
¿Aún refleja su figura tu espejo?
¿Aún su nombre lleva escrito tu mirar?...
Se, de cierto, que no la has olvidado,
que aún buscas los recuerdos de un ayer,
que mis lágrimas no anublan tu espacio
y anegan al mío como lluvia de hiel.
Te adueñaste del entorno de mi espalda
y su sombra se posó junto a mi ser.
Fue tu beso la mentira más odiada
y su cuerpo, la razón que más odié.
Colgaste una esperanza de mis lazos,
con nudos de angosta falsedad
y hoy pretendes desandar aquellos pasos,
desde el fango donde hundiste mi moral.
Te humilló y hoy te sientes desbancado,
viniéndote a mis pies a reposar,
Te quiero, pero odio tus mercados
y tus monedas de falsa lealtad.
Si mañana respiras más despacio,
sin el ansia del ayer te asfixió,
tal vez, sobre en mi vida algún espacio
donde acuñar los despojos de un amor.
Mas, serás el lazarillo que a mi entorno
vaya quitándole tropiezos a merced
de mi sombra y mis múltiples antojos,
en pago de un ayer que no olvidé.