Vivo soñando dormido,
vivo soñando despierto
y aunque me sepa muerto
soñaré que aún estoy vivo.
¿Qué será de mis locas fantasías
cuando la bruma sea permanente,
todo anochezca y nada esté latente?
¿Se vendrán conmigo mis poesías,
o abrazarán tus suaves melodías
para rondar los bosques y la gente?
¿Yacerán en tus labios tibiamente?
Cuando llegue el final de éstos, mis días,
te ruego que no sufras lo perdido,
renacerá la vida en esa rosa
que llora en su rocío, luminosa.
Verás que cumpliré lo prometido:
besaré tus mejillas con la brisa
y vos me guardarás en tu sonrisa.
Derechos reservados por Ruben Maldonado
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