En medio de una noche tormentosa,
empiezo a recordar la delicada promesa;
de conocernos este sábado, unir las almas,
dejar que el tiempo marque las sutiles líneas,
que crucen nuestros hilos del destino,
Basta saber en tu juvenil expresión
la invitación expresa de sentir el clamor,
que emana de lo más profundo de mí ser,
que cautiva a tu joven corazón de dulce,
de sentir el cálido y sutil aliento destilado.
Coloquial idioma de dejarte llevar,
de sustraerte de tu entorno, y, juntos,
iniciar un andar de nuestra soledad,
de clamar un grito dual, de libertad,
salido de lo más profundo del corazón.
Dejar que el mañana se empiece a entrever,
y soñar juntos, con una nueva esperanza;
de iluminar el uno al otro, el camino, al amor,
empezar el soñado andar, que nos aleje,
Del desierto silencioso, al melodioso amor.