EDEN
Entre el murmullo del silencio
y el sonido del viento que
cubre tus blancas caderas
te contempla mi mirada
que te coloca el vestido del deseo…
Se me hace largo el espacio
para llegar a tu cuerpo…
Al contemplar tu total desnudez
la respiración se me agita
y los suspiros no alcanzan
para emitir un gemido…
Y me acerco…para mostrarte el edén
o quizá seas tu quien me lleve al paraíso…
o mejor seamos los dos que nos fundamos
como volcán a su lava
como la mar a sus olas…
Y no sé si medir mi pasión con besos
o contarla con deseos…
Pero provocas
excitación a cada poro, lechosa piel
que llevo en mi cuerpo desnudo…
El leve murmullo de tu sonrisa
me enciende literalmente la vida
que al contacto con el aire que embriaga aquel momento
se perciben aromas de nuestros cuerpos
aroma a sal… tal vez inciensos…
Tu sudor me mantiene hidratado…
y te absorbo el aliento en un beso sin prisa…
me devoro urgente tus labios…
Y estas ahí...cerca de mí…tocando mi orilla
mostrando cómo se llena un espacio…
y mis ojos se pierden…
Se escuchan al unísono tus caderas amoldándose a mis piernas
lenta…suavemente…exquisitamente…
y entro…y me pasmo…y se eclipsan nuestros cuerpos…
y la luz que de ti emana
me ciega…me trasforma
de felino… a todo un lobo…
y mi piel color de tierra…fertiliza de lluvia la tuya…
Y tiritan tus caderas
al clavar mis cristalinos ojos en el momento sublime
en que penetro tu espacio tan breve…
Y tus pecho son dos montañas de nieve
Blancas…turgentes…
que me piden ser derretidas con mis labios
y mordidas con mis dientes…
y las corrientes de agua cristalina se unen
en tu vientre…
...y el éxtasis del edén se hace presente,
EDGARD OROZCO