nilda acosta

PARA VERONICA

No ha pasado una noche en la que no te he llorado, ni una mañana en la que te busco, queriendo oir tu voz, y sólo abrazo el vacío que dejaste entrelazado a mi dolor..sola recorro las calles, que ya no tienen tus pisadas, y mi pueblo con sus árboles dorados, se siente tan triste como yo, que arrastro esta herida que me duele tanto.Por momentos siento que ya no volveré a ser la que fui, cono si un poderoso rayo me hubiese golpeado contra el suelo y no logro ponerme de pié.Y me refugio en los rincones a llorar tu ausencia; no sé luchar contra la muerte que te arrebató de mi lado sin que hubiese podido decir cuanto te amaba y lo mucho que aún te necesito.Aquella tarde de otoño, tu ausencia me trajo tan solo dolor, se presentó ante mi...gigante y despiadado, clavando sus uñas afiladas, hiriendo mi carne viva, sin compasión.Pero sabes? Me aferro a Dios que eligió tu vientre para darme vida, me aferro a la certeza de que al fin, en esa ciudad celestial ahora sí sos feliz...donde no existe la tristeza, ni la oscuridad, ese Dios que al recuperarte a ti, me dejó la esperanza para consolarme cuando necesito desesperadamente verte sonreír.Por momentos siento que el dolor es tan intenso, que mi corazón podría estallar, que este mar que llevo en los ojos no termina de vaciarse nunca.Perdón por todo lo que esperaste de mí y te fallé.Dicen que no debo entristecerme como los que no tienen  esperanza; la esperanza de un reencuentro me mantiene viva...aunque no pueda dejar de estar triste, aunque le ofrezca a Dios mi dolor para que lo guarde en el hueco tibio de su mano.¡Gracias porque tuve el privilegio de que fuesen mi mamá. Te amo eternamente....................