Una sola vez lloré tu ausencia,
lo hice por toda la noche.
Hinchado de tanta dolencia
a ÉL hice un reproche.
Le dije en sollozo que mancha,
una lágrmia es por cada mes,
bebido del silencio que despecha,
dolido espíritu que tu si ves.
Hablé directo como quien más,
viví lo sentido como nunca.
Y enfrente al techo sin faz
en gritos callados de suplica.
Al día siguiente aquí estaba,
apareció así de sorpresa,
y ya sin mi tristeza,
exigí lo que deseaba.