Me odio porque no puedo dejar de pensar en ti
y también odio lo que de mí veo en ti:
en tus ojos el calabozo de mi condena
en tu voz el abismo de mi desgracia
en tu alma el eterno apocalípsis donde moraré.
Llegas... me observas... y sonríes,
con la misma pasión y ternura de quien observa a su crío
sabes que estoy perdido y desahuciado
y sin embargo has venido para hacerme sonreír.
Siempre me he preguntado;
Qué ven en mi tus ojos grises....
y entonces me estremezco
porque en mi espíritu solo existe el vacío
y sé que algún día te cansaras de mí.
Así es que mejor,
déjame solo esta noche
en completa soledad igual que antes.
es el amor que siento por ti lo que me mantiene aquí sufriendo
y ya solo quiero esperar a que llegue la noche
para por fin poder partir.