Amé sin importarme la locura,
sin miedo al desamor o al qué dirían
o a los aciagos días que vendrían
henchidos de dolor y de amargura.
Amé porque el amor no tiene cura
para las almas que de lleno ansían
amar a ciegas y en lo tal porfían
sin menoscabos y en esencia pura.
Amé como te amaba... sin cadenas,
a corazón abierto, en pleno vuelo;
amé con la pasión entre mis venas.
Amé como te amaba, como suelo
sin ni mirar atrás un poco apenas
sin miedo a nada, de la tierra al cielo.