Te quise tanto
que cuidaba tus pasos,
tus juegos, tus tardes, tus descansos.
Te quise tanto
que en tus estudios
solo te deje, pero siempre te observe.
Te quise tanto que cada vez que salías,
te importunaba preguntándote
a donde ibas?, con quien?
y a que hora regresarías?
Te quise tanto
como para quedarme callada
a veces y dejar que tu mismo
te dieras cuenta que tu amigo
no era como tu, no te merecía.
Te quise tanto
como para no oír o ver
lo que decían o veían
las demás madres
sobre ti y sobre mi.
Te quise tanto
que te deje tropezar, caer,
lastimarte y fracasar,
pero...siempre a tu lado estuve.
Te quise, te quiero y te querré tanto
como para aceptarte como eres
y no como yo quería que fueras.
Escrito para mi hijo Miguel Alberto.