Voy a dejar un poema
de sensaciones agudas
de las partes puntiagudas
que sobresalen de sus pechos
y que muerdo aquí en mi lecho
con ferocidad de hambruna.
He de beber de sus lunas
las estrellas ardorosas
como pétalos de rosas
que nacen sobre esas dunas
calientes y primorosas
marrones como ningunas.
Han de sentir en sus pieles
las mujeres que comprendan
y los hombres que se avengan
a estar de acuerdo conmigo
apreciarán los que digo
si gustan senos que enciendan.