El río se me ha bebido
la inspiración de mis versos
y en sus aguas se han perdido
en busca de tu universo.
El poema va en la proa,
como barco a la deriva,
no encuentra letra ni rima
y con el viento zozobra.
Es tan grande lo que siento,
que ya no tengo palabras…
Hoy te gritaré en silencio,
a través de las distancias.
Y te llamaré callado
con los sonidos del alma:
son acordes muy rasgados,
que suenan como sonatas.
Si es bello poder quererte,
más hermoso es el tenerte,
llegar a ti, poder verte
y en mis brazos esconderte.
Ya no me quedan palabras…
pero aún me restan silencios
para romper las distancias
en mil pedazos… con besos.
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