Poema 38
Amor prohibido
SUAVE mía, debo decirte
lo que no quiero,
serás mi Amor prohibido
y mi desconsuelo.
Amor que este fuego
no podrá quemar,
leñas de mis brazos
que no serán calor,
ríos de mis besos
que evitarán tu mar,
Amor prohibido,
del que deberé escapar.
Ya no buscaré tus ojos
para pedir tus besos,
ya no aromarán mi aliento
tus labios de sueños,
Iré cauteloso en nuestros encuentros,
evitaré las sedas de tus suaves manos,
y aunque te amaré, y te amaré por siempre,
prohibida serás para mí, por nada y por todo.
Primavera dulce
flor bella y fragante,
perfumaré para tí estas líneas
con mis últimos versos.
Manantial de mi vida árida
que me dio el sorbo de agua
en aquel desierto,
vertiente de mi alma,
y hoy agua de este llanto.
Encuéntrame cuando quieras
en el mar de entonces,
imagíname como a la orilla
y tú la ola fresca
que acariciará por siempre
mi cuerpo.
Sucede que no quiero
y sucede que debo,
sucede que aún te acuestas
conmigo en mis sueños.
Y es que no puedo alejar de mí
este prohibido pensamiento,
tu imagen aún en mí sube
como un día tú a mi pecho.
Y aunque sólo existías toda
en mis pensamientos,
serás el amor prohibido
en la pluma soñadora de este loco,
y en estos últimos versos
que te escribo.
“Por los siglos de los siglos, Amor.”
Valentino Malatesta