Cuando el sol ya no brille en tus manos
Cuando los pasos ágiles se vuelvan pesados
Cuando los ojos se opaquen y esa luz
Que hoy embellece tu mirada,
Se pierda como el sol en el crepúsculo;
Cuando en tus manos los surcos de la vida
Dejen huellas que las petrifican;
Cuando tus rodillas no se doblen como hoy
Y se te dificulte incorporarte, mantente de pie.
Cuando tus cabellos se tornen plateados
Y las mejillas demuestren los caminos
Que abrieron implacables los años.
Sé feliz, porque no has vivido en vano.
Sé feliz y sonríe, como el niño que fuiste un día.
Sé feliz, como aquel joven que corría tras sus sueños
Temblando de alegría.
Sé feliz como cuando tuviste en tus manos
el fruto de la vida
y el fruto del fruto de tu vida.
Porque los llevas dentro, porque están en tus recuerdos
Porque te habitan y desde ahí te gritan:
¡Sé feliz!