Si hubieras visto sus ojos negros
hasta el final...reflejándose en los míos
diciéndome, déjame descansar,
el cielo me espera y niños para jugar
se sonríen cuando corro y mis orejas
vuelan al viento y mi hocico se humedece
y cuelgan flores azulinas en mi renegrido pelo.
En las noches que no te sorprenda que
duerma a tu lado o te bese sin que lo sepas
como un ángel negro, cuidaré tus sueños
No llores, fuí tan felíz en aquel parque
cerca de la escuela, nunca estaré
tan lejos pero sí muy cerca, te esperaré
cuando te toque nacer en este mundo,
allí me verás correr justo en el medio
de las estrellas de terciopelo.
Me diste tanto amor que eso me llevo
como alforja... para el camino hasta Dios
hoy es el día de tu dolor y aunque no quieras
el de mi partida ya vendrán mejores tiempos
que endulzará como aquellas galletitas
que yo comía y serán mis orejas
lo primero que verás cuando despiertes
del largo viaje de la vida.
Alguna vez comprenderás que este hogar
será el último, luminoso eterno y sin despedidas.
Ah! no te olvides de traerme aquel huesito que
me comía a escondidas, bajo tu mirada y
el amor que nos unía.
Te debo los últimos besos, los que me diste
cuando ya dormía, aquí serán los del encuentro
los de siempre, los eternos...