A ésta "niña bonita", con amor
Éramos dos golondrinas
encariñadas con veranos diferentes.
Fuimos alboradas y penumbras
de cielos y arenas calientes.
Vestíamos togas de anhelos
y harapos de sueños rotos.
Pero teníamos siempre
la fe de un placer remoto.
Hoy, corazón mío,
Nuestros caminos se unieron.
Entre tantos desatinos
brujos y santos nos vieron.
La voz de Dios dijo: basta
y cesaron las penurias.
Nos encontramos sonrientes
amándonos con lujuria.
Ya remontamos la senda
bordeada de alegría.
Podemos sacar a luz
el amor escondido cada día.
Puedo gritar que te quiero,
que te amo, que te adoro.
Eres mi nueva canción,
mi vida, mi gran tesoro.
No hay poema ni poeta
que te pudiera cantar,
tan profundo y ancho sentir
que tú me diste alcanzar.
Te amo, mi reina, te amo
con la locura de los vientos ciegos,
con el candor de ángeles blancos,
como a la flor que con mis besos riego.