ALVARO J. MARQUEZ

TARDE

"Si te amé toda mi vida, soy sincero,/ fue tanto el amor que te di/ que el día que me muera quiero/ morir como viví por ti".

 

La palabra perdón implica
arrepentimiento sincero, chica
y no tus lágrimas de embuste;
significa que hay desprendimiento,
olvido de verdad, sentimiento
y deseo de cambiar, aunque te disguste.

¿Para qué pides perdón,
si al final, esa canción
tú nunca me la cantabas?
No quieres que te abandone
y pides que te perdone,
tú, que nunca perdonabas.

Hasta me ruegas que olvide.
¡Mira quién me lo pide!
Mujer rencorosa y vengativa,
yo me libré de tu castigo,
si tantas veces morí contigo,
déjame ahora que viva.

¿Quieres que vuelva atrás?
Yo no volveré jamás
a cometer tantos errores.
No volveré a permitir que juegues
y de nada valdrá que me ruegues,
de nada servirá que llores.

La piedad en estos casos,
podría tocar los escasos
deseos que tengo de disculparte,
pero a decir verdad,
¿por qué he de tener piedad
y por qué no he de odiarte?

Si tú, creyéndote muy dueña
y grande, siendo pequeña,
de mí nunca te apiadaste.
Y con metodología clara,
con esa misma cara
una y mil veces te burlaste.

No puedo ahora retroceder
porque sería como volver
a vivir esta pesadilla,
cuando en realidad, no me importa;
ese filo ya no corta,
ya no me sirve tu hojilla.

Darte otra vez un beso
sería como un retroceso
y comenzar de nuevo.
Regresar al miedo
de hacer cosas porque puedo
pero que sé que no debo.

Todavía creo escuchar tu risa,
no se ha llevado la brisa
tantos recuerdos grises.
Y veo ahora que llegas,
que a ti misma te niegas
y no crees lo que dices.

Víctima tú misma has sido
y las cosas han ocurrido
como tenían que ocurrir.
Como puedes ver, querida,
no puede hablar de vida
quien sólo enseña a morir.

Dale a tu orgullo rienda suelta,
date la media vuelta
y vete por donde viniste;
créeme, de verdad lo siento;
pero el final de tu cuento
fue demasiado triste.

Recuerdo las flores bellas
que compré la tarde aquella,
cuando estaba buscándote;
no te reprocho, van sanando mis dolores
y mi amor fue como mis flores...
¡y mis flores murieron esperándote!