Era tan sublime el amor por ella,
Que para adorarla tan solo vivía,
En las noches, a su amor le traía
hermosos ramos de flores muy bellas.
Uno de esos amargos y tristes días
Al llegar a su casa y abrir la puerta
La encontró en su lecho, la encontró muerta
Y sintió en su pecho, que el alma moría.
Desfallecido, casi a punto de morir...
Del dolor insufrible en su triste embeleso
Puso toda su vida...en aquel supremo beso
Y huyendo en el beso...la hizo otra vez vivir.
RODAMA
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