guivel

TESORO CLANDESTINO

TESORO CLANDESTINO

 

 

 

Soslayada tu mirada, ya en acecho

sobre el bulto dormido de mi ropa,

giro mi mano, lentamente, hacia tu popa

quisiera, erecto, ponerlo entre tu pecho.

 

Tu boca lo sostiene, más estrecho,

tu cuerpo esbelto lo cabalga, lo galopa,

su blanca miel tú libas y sirves en copa

para calmar la sed sobre tu lecho.

 

Mi corazón te pide otro camino:

abierto esta el destino, bien lubricado,

de mármol es su apoyo, blanquecino.

 

Perdona mi pedido, si estoy equivocado,

al explorar tu tesoro clandestino,

con mi caballo sin riendas, desbocado.

 

 

 

Guivel