julio de guernica

Desde el cielo

Bajando de luceros y de estrellas,

la caricia de luz de tu mirada,

me parece que llega enamorada,

para cubrir de flores mis querellas.

 

Tu sonrisa es un faro que destella,

abriéndome en la noche una alborada;

en mis sueños, la sueño iluminada,

y sigo su fulgor tras de tu huella.

 

Se impregnó en tu perfume mi sendero,

cuando el rayo de sol de tu hermosura,

llegó a mi corazón como el venero,

 

que baja de la cumbre a la llanura;

intentando enervar con su frescura,

la infinita pasión con que te quiero…