Luthyel

Confieso...

Vidrios, bricolaje doloroso de trozos punzantes…No, no me di cuenta que afiladas se hundían las astillas en mis venas.

 

Recuerdos, aglomeradas escenas que cual película hacen rodaje en mi memoria.

 

Manos, abiertas, cerradas, estrellándose en un cuerpo distinto al suyo…El mío.

 

Olor, peculiar olor a piel rota, huesos temerosos, que quiebran acurrucados.

 

Silencios, palabras escondidas detrás del velo confuso…Razón, amor, verdad, mentira?

 

Sociedad, solicitas ofuscadamente, confesemos la herida, mientras criticas sin limite y sin moral la “permisividad”

 

Hipócrita, morbosa, Sociedad con reos mudos a los que condenas con tu dictadura disfrazada.

 

Confieso, que en mi muy honesto y confuso temor

Decidí callar mi profundo dolor,

Al sentir que unas manos rompían como olas en las rocas,

Dejando aturdidos todos mis principios,

E impregnada del viscoso líquido, y con olor a quirófano,

Mentí al tribunal, apelando caídas,

Para no hacer mayor las heridas.

 

Confieso, que aun hoy día, luego de años de  libertad,

Y sentirme orgullosa por mi integridad,

Sigo siendo juzgada, y mi dolor pasa a ira,

Al escuchar  las blasfemias, y las tantas mentiras,

De un juzgado inmoral, mal sano, e incapaz,

Que profiere injurias en lugar de callar.

 

Confieso, ante mi misma, y para mí,

Que decidí caminar sobre vidrios, que enterraban astillas,

Que soporte mil dolores, con distintos sabores.

 

Confieso…que aun me callo y les miro,

Y con cinismo me río,

Sociedad, que requiere respuestas…

Yo las tengo,  las viví, y las sentí,

Pero a ustedes mejor les dejo allí,

Especulando que harían,

 Criticando,

 Chismosos…

 

Yo Salí de mi cárcel,

Yo mire hacia delante…