Para llevar mis ilusiones a tu mente árida
te dibujé en la frente con mis dedos
un abanico de sueños,
también te dibujé un barco con vapor y todo.
Para entrar en tus aposentos
me envolví en las colchas de tus encantos
y me escondí detrás de las cortinas de tu alma
y cuando me troqué en espirituoso elíxir
para agraciar tu débil animo,
un ademán liviano y tímido
prendido en las yemas de tus dedos
barrieron sobre mis labios
como diciendo “no digas nada”
entiendo lo que quieres
y lo que quieres que yo sea para ti”
Mis brazos ensayaron fuerzas y mis dedos
Rompieron el hielo de otros años,
Mi vida que permanecía en asueto
Izó la bandera del retorno a las andanzas
Y de la mano con cupido, inmediatamente
Subí a la primera nube para bajarte la luna
Solo destellos azules sobre tus cabellos rubios
Quedaron de esa noche pletórica de flema y confesiones
Cuando encendí una vela para hurgar en tu rostro
Las sombras que arrojaste delataron
Amores moribundos,
Despedidas de ida y vuelta,
Pensamientos en plural
Y un silencio con sonidos lejanos
No hubo promesas a largo plazo
Ni “démonos un tiempo”
Nada volvió a darme la confianza de otros días
Nada me estorbó para desconfiar de nuevo.