Vienes andando caminos
con tu sonrisa de estrellas
y despiertas en mi alma
melodías con tus huellas.
Y te acercas y me miras…
son tus ojos dos linternas
que alumbran mi corazón
y lo llenan de belleza.
Y te sientas a mi lado,
mientras yo escribo poemas
y tu perfume me embriaga
y hace despertar mis letras.
En esta paz, junto al río,
yo disfruto tu presencia,
que se hace viva y sensible
en mi alma de poeta.
Y mis versos reverdecen
como flor en primavera
y van granando en mi pluma
al saber que estás tan cerca.
Cierro el cuaderno y te miro…
nuestras manos se sondean
y buscan en el lenguaje
esas palabras tan bellas,
que nuestros dedos golosos
dibujan en acuarelas.
Paseamos por el prado,
cogidos por las caderas
y nuestros cuerpos se rozan
cansados de tanta espera…
Sólo un suspiro en un sueño…
y en el cielo una estrella.
He despertado y no estabas…
¿Es verdad que tú me sueñas?
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