Pimpollo nacido del mundo,
El sol, con sus tibios rayos,
Lo acuna en la musica y el amor.
El rocío con paz, alimenta su voz.
No existe más que color en sus ojos,
su piel tibia, es un gusto de Dios.
Si sonríe se abren sus pétalos
Y se borra del mundo el dolor.
A su entorno las aves cantan,
Y el viento lo mece al son.
Al ver su carita sonriente,
Comprendo que siempre
tendré un amor.