Federico Mendo Sánchez

AQUELLA NOCHE

Solo en el portalón de mi nave,

miro como las olas vienen y van,

besan los fierros fríos,

y sin decirme nada... se van.

 

El frío zumba pronto en mis oídos,

y hay un silencio total en los sollados,

las olas serpenteando la grandeza,

besan los fríos fierros y se van.

 

Paseo sin cesar de proa a popa,

de popa a proa, vuelvo a mis pasos a recoger

y mirando que nada cambia,

miro las olas que vienen y van.

 

Hay ruidos extraños que traen las olas,

hay aves que apenas continúan su vuelo,

y aquellas luces que vislumbro a lo lejos,

son mudas testigos de las olas que vienen y van.

 

Un velero entonces rompiendo va las olas,

un ave cansada a posado su vuelo,

y ese frío intenso que en el mar habita,

agita más las olas que vienen y van.

 

Como quisiera ser en esta noche bella,

el ave que cruza mi eslora total,

para ir en busca de mi bien amada,

sobre las olas que vienen y van.

 

Pero es un axioma lo que está sucediendo,

o es un espejismo en la oscuridad,

a mi bien amada la veo llegando,

sobre esas olas que vienen y van.

 

Ahora no estoy solo en mi portalón,

mientras otros duermen, yo y mi amada,

de proa a popa y de popa a proa,

vemos a las olas que vienen y van.