En mis últimos ahíncos de esperanza y desdén te recuerdo.
Te recuerdo a ti, remoto suspiro del sueño que nunca alcance, eso serás, sueño frustrado que no quise concluir.
Te recuerdo y aun al sentir con vaga indiferencia una onda de ti, me transfiguro.
Puedo escuchar un eco de alegría que retumba en mi interior.
Como mariposas que vuelan en mi corazón, y listones de todos los colores circundándome por doquier.
De repente aparezco como si caminara por un bosque de árboles altos y senderos trazados, el viento roza mi tez y juguetea con mi cabello al mismo tiempo que hace caer a miles de hojas de tabachin y todo en un matiz sepia poco a poco se muda.
Aterrizo y me cuestiono nuevamente, ¿será que aun no me defino?