Cada quien esconde una mentira, la mastica entre los dientes
Corre disimula y en un puño lleva sangre de otras almas.
Ayer intenté evitar mi reflejo en el espejo, inútil evasión
como el escape furtivo de la amante a la que mas se teme.
Descubrí que las calles no se hicieron para huir.
Nadie se dirige a un punto específico, inconscientemente
se concreta el alejamiento de si mismo
nadie llega limpio a la era del encuentro y la compasión:
¿Seres divinos confundidos?
Cada quien se habita de voces, voces interiores de un manantial
vivo, temporal.
Voces de la depresión, voces de la serenidad, voces de la reflexión.
Voces de la felicidad resonantes en el templo del ser.
Cada quien cosecha a su gusto sus frutos:
Amargos como la adrenalina...
Dulces como la miel de un higo.