Tú eres como una flor triste. Sigues siendo bella a los ojos del que mira, pero anidas en tu pecho espinas, y el dolor más hondo!
Estás condenada a mostrar tu hermosura,
aunque llores en silencio tus dolores, y cargues sin descanso tus heridas.
Seguirás perfumando las mañanas, aunque estés muriendo cada día.