¡Cielo y alma, en este complejo inhabitado que suelo ser. Cielo y alma, como una tormenta de cosas inexistentes, como las sílabas que por las noches huyen cuando mi pluma reposa, a encontrarse voluntariamente con hojas de blanco delirio, en un paredón llamado amor.
Cielo y alma, basto imperio, párpados excluidos de su carne, superior a sus huesos, como las sombras de amantes extinguidos que rehúsan su condena. Allí me encuentro, entre el cielo y el alma, amarte me hace inmenso, gigante, solo tu corazón es capaz de abarcar mis fronteras humanas, cielo y alma!
LRL
2-6-2011