Son estas palabras tan cargadas
Que suenan diferentes en mis labios
Como dichas en lengua borrada
Un brillo diferente es el que irradio
Pues es tan solo silencio lo pronunciado
No hay voz que resuene en la garganta
Inaudibles silabas que se van esfumando
Repitiendo líricas de una canción fantasma
Las palabras quedan atascadas en el pecho
Y voy tragando saliva para que no salgan
Me comprimo para hacer su camino estrecho
Satisfacción y dolor al ver que se estancan
Poesía que remplaza la falta de expresión
En un semblante vacío que nada refleja
Supliendo el peso carente en mis pisadas
Versos ponzoñosos de una vida compleja
Como utilizando alquimia para crear quimeras
Fundiendo mi alma con cada letra redactada
Convirtiendo el plomo en polvo de estrellas
Dejando trozos de mí en cada frase plasmada
Agotando mí ser con cada verso que escribo
Brindándole vida a cada uno de los poemas
A costa de secarme por dentro y quedar vacío
Dándole contenido con cada uno de los temas
Se va erigiendo de a poco mi creación final
La efigie de aquello que pienso pero callo
Recorre un escalofrío por mi espina dorsal
De mis propios escritos me he vuelto vasallo
Elaborado desde la primera letra que escribí
Esa que hace años plasme con desatino
El primer poema con el que, al arte, sentí
Descubriendo tras la cortina a mí destino
Y ha ido creciendo a través de mis versos
Aquel ser, de miles de estrofas formado
El espectro que en mi mente está inmerso
Creado con mi piel, con mi latido acallado
Voy dejando de existir en esta realidad
Mi pluma, a mi corazón, ha atravesado
Y mi sangre ha tinturado mis escritos
Sublime carmín, la obra se ha completado
El último ingrediente para esta creación
Que vio en mis pensamientos a su troquel
Rondando entre perfección y aberración
Con el aliento final admiro al hombre de papel.
Andrés Ruiz H.