ALVARO J. MARQUEZ

A TU ALMOHADA...

"A mi canario que te amo le dije yo/ y él feliz me pidió alpiste./ Ayer supe que el tuyo de tristeza murió/ ¿qué fue lo que le dijiste?".

 

Dile a tu almohada que anoche mi cercanía

Nunca… en ningún momento te perturbó,

Que por tu mente nunca pasó la fantasía

De sentir que alguien te besaba y que era yo.

 

Cuéntale a tu almohada a ver si te lo cree

Que tan cerca de mí no estabas inquieta,

Júrale que no eres tú la que siempre se lee

Con ansias cada letra que suelta este poeta.

 

Sabes que tu almohada escucha muy callada

Aunque lo que le cuentes sean mentiras…

Porque no le dices que te sientes enamorada

Ni que flotas en el aire cuando me miras.

 

Confiésale a ella que siempre tiemblas mucho

Que temblaste con los besos que sólo te ofrecí,

Dile que no son por mí los suspiros que escucho

Ni fui la causa de las sonrisas que obtuve de ti.

 

Convéncela de que es poco lo que me enseñas,

Que no te interesa para nada seguir mis pasos

Y que al dormirte nunca, pero nunca sueñas

Que estás delirante de amor en mis brazos.

 

Tal vez tu almohada te crea algo, podría ser,

Aunque debo suponer que seguro te conoce

Y si es así, con seguridad tiene que saber

Lo que puede hacer en ti, sentir sólo mi roce.

 

Pero si lloras, así sea una lágrima solamente,

Porque ya no puedes callarle más tu verdad,

Suelta lo que hay en tu alma, en tu mente

Y háblale de tu deseo, de toda tu ansiedad.

 

A ella, así sea entre lágrimas le puedes decir

Que te enamoraste aunque no era tu deseo…

Ella seguro en cada lágrima podrá percibir

Lo mismo que yo en cada temblor tuyo veo.

 

Y al día siguiente, no me cuentes que le dijiste

Pero sabes que yo igual todo lo he de saber…

El deseo incontrolable que en mis brazos sentiste

Y el secreto pecado de sentirte mi mujer.