Hoy, volví a frenar mis manos para no marcar tu teléfono
para respetar tu decisión de tenerme lejos,
para no confrontar tu frialdad en la calidez de mi cuerpo.
Hoy, nuevamente te volví a extrañar
como todos los días desde que no te tengo,
como todas las noches en que sin ti, yo duermo
como cada minuto en que en ti pienso.
Hoy, otra vez, volví a llorar
porque tu ausencia le duele a mi cuerpo
porque a mi alma le haces falta
porque mi corazón aún te ama
pues te llevo en mi y en mis sueños.
Hoy, de nueva cuenta te intenté olvidar
no entiendo mi necedad de este año y medio
te amé y me amaste en verdad
el no dudarlo es hoy, mi tormento
pues te amo y no te debo amar
decidiste marchar,
me decidiste dejar
y con ese dolor no puedo.
Hoy, volví a frenar mis manos para no llamarte más
para cuidar lo que me queda de dignidad
para no buscar más oportunidad de intentar otra vez lo nuestro.
Sólo escribo para que estas manos reprimidas se desfoguen
expresen de algún modo este amor que aniquila
esta impotencia que agota
y esta esperanza que a diario se marchita.