Michi Cervantes

Esperanza marchita

 

Hoy, volví a frenar mis manos para no marcar tu teléfono

para respetar tu decisión de tenerme lejos,

para no confrontar tu frialdad en la calidez de mi cuerpo.

 

Hoy, nuevamente te volví a extrañar

como todos los días desde que no te tengo,

como todas las noches en que sin ti, yo duermo

como cada minuto en que en ti pienso.

 

Hoy, otra vez, volví a llorar

porque tu ausencia le duele a mi cuerpo

porque a mi alma le haces falta

porque mi corazón aún te ama

pues te llevo en mi y en mis sueños.

 

Hoy, de nueva cuenta te intenté olvidar

no entiendo mi necedad de este año y medio

te amé y me amaste en verdad

el no dudarlo es hoy, mi tormento

pues te amo y no te debo amar

decidiste marchar,

me decidiste dejar

y con ese dolor no puedo.

 

Hoy, volví a frenar mis manos para no llamarte más

para cuidar lo que me queda de dignidad

para no buscar más oportunidad de intentar otra vez lo nuestro.

 

Sólo escribo para que estas manos reprimidas se desfoguen

expresen de algún modo este amor que aniquila

esta impotencia que agota

y esta esperanza que a diario se marchita.