Te di de mí…
Una parte de mi vida que creía perdida…
Te regalé mis sonrisas, mis miradas, mis besos…
Te di también mis mejores líneas,
mis palabras más profundas
y mis frases más trascendentales.
Te regalé mis mejores “armas”,
te regalé mi armadura y mis uniformes…
Te di mis máscaras y mis mejores gestos…
Te entregué también parte de mis delirios y locuras,
te creí cómplice de mis secretos…
Cómplice también de mis días y mis noches…
Compartí noches de luna y días de sol…
Te entregué mis momentos, mis instantes… pero más allá del tiempo.
Y aun así no conociste lo mejor de mí.