Aroma de café y tu perfume en mi almohada
testigos fieles de nuestros fortuitos placeres.
Respiraciones forzadas en el latir acelerado de
nuestros corazones. Manos ávidas que acarician
cuerpos sudorosos desbordados de frenesí.
El reloj marcando la hora, el sol se esconde en el
poniente señalando el ocaso de nuestro encuentro.
No hay salida al amor que nos fascina, y nos lleva
a la cima, sintiéndonos dioses creadores.
Aroma de café y tu perfume en mi almohada
elíxires signos de tu presencia en la ausencia
qué, revive en mí los callados gritos de una pasión
pasionera ahogados por lo inevitable del tiempo
Aroma de café y tu perfume en mi almohada!.
luz teresa maldonado folkerts