y navegué en tu destino con mi descalzo corazón
y me bebí tu pupila al descubrir que me amaste
y cabalgué entre centellas con las más briosas descargas
y descubrí la sonrisa del horizonte en el cielo
y abracé la mirada del hechicero firmamento
y sonsaqué al sinsonte para rasgar su garganta
y dormité entre tus ramas cuando descubrí el panal
del que bebí hasta saciar la sed que aguda es punzante
y me dormí en tu camino abrazada al pedrusco
y desperté en el infinito cantando a las estrellas
y esperé navidad para recuperar mi zarzal.
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