Y me hacía falta
hojitas de papel y lápiz
para dejar por escrita la noche,
mientras la tenia en mis brazos
y veía las estrellas fugaces.
También me hacía falta
la presencia de la luna
para alumbrar la noche,
para volverla como ninguna
y de una en una acercarle
las estrellas fugases
y volverla una de mis mejores frases.
Mientras más falta hacia
tiempo para hacerla miá,
rezaba como creyente
para que la noche no acabara,
para que no empezará el caluroso día.
Como hoy y como esa noche,
cuando se veía la luna allá tan alta,
sentía con ella entre mis brazos
que nada en realidad
me hacía falta...