¡Déjame entrar en tu vida!
y ser para tu alma el alimento,
que sea yo quien cure las heridas...
las que dejaron, las que no te amaron.
Deja que acaricie tu rostro envejecido
y besarte cuando estés afligido,
decirte unas palabras de aliento,
cuando sientas que en ti todo es olvido,
cuando pienses que todo está perdido…
sabrás muy bien, cuánto te he querido.
¡Déjame entrar en tu vida!
entraré con la suavidad del céfiro
como suspiros que salen de mi aliento,
como mar en calma, podrás sentirme,
ofrendándote este amor que es sublime.
Me tendrás aferrada a tu ser
entregándote todo mi querer,
haciendo de tu vida un carnaval,
que siempre puedas soñar,
que tu risa retoce con la brisa
y en rítmico vaivén,
siempre puedas bailar.
¡Déjame entrar en tu vida, ven!
Quiero que tú seas ese ser,
que me ame y cure mis quebrantos,
el que me brinde sus versos, como un canto,
el que en mi estancia quiera permanecer,
mirando la noche y el amanecer,
sintiendo los rayos del sol naciente
y con la misma calidez tus caricias complacientes.
Ven amor, yo seré tu compañía,
en mis brazos descansarás plácidamente
y en ti descansará el alma mía.
Felina
DÉJAME ENTRAR EN TU VIDA