Caminante sobre pasto seco
El hombre que temeroso
Atravesaba un campo bajo un pasto seco
Que dificultaba su andar y pensamientos
Tras haber dejado en el camino
A un ¡Amor!
Sus manos sudaban y su corazón apretado
Dejaban ver en su rostro las penas del alma
Que ese ¡Amor! dejaba en su vida
Y lo hacía caminar sobre ese pasto seco
Que en el crujir de sus pasos se humedecían
Sus ojos.
La vida del hombre se oscurecía
Las penas apagaban el resplandor de la ¡Luna!
Mientras las estrellas oscurecían
Por el dolor.
Pero ese hombre no quería decaer en su tristeza
E inició en su mente los recuerdos
De ese ¡Amor! que en el camino dejó
Viendo una luz al final del horizonte
En los recuerdos de ayer.
Y caminando sobre pasto seco
Lo hizo pensar que los malos momentos
Se fortalecen con los recuerdos
De los buenos momentos.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz