En ocasiones, la percepción humana actúa como si de un reportaje se tratase. Pero no un reportaje cualquiera; un reportaje rosa, sensacionalista y, cuanto menos, frívolo. Pero no malintencionado, eso nunca. El ser humano es vanidoso, ambicioso, y tiene la mala costumbre de autointerpretar la realidad en su propio plano. Esto es, partir de una realidad presente, o pasada, y desmenuzarla pedazo a pedazo ( ya que el ser humano guarda para sí momentos, por las sensaciones que le provocan, y en eso se basa la conciencia). Volvamos a los pedacitos, que, como si de magia se tratase, empiezan a unirse a su libre albedrío, llegando a formar realidades alternativas tan surrealistas y sorprendentes, que en ocasiones difieren, contrastan e incluso se oponen a la realidad inicial.
¿Será esto una posibilidad? ¿tendrá el ser humano la predisposición a remodelar cada realidad que le surge, llevándola a su ámbito más personal, y transformándola en lo que él mismo quisiera que fuera?