(Historia de una ilusión, Continuación)
ELLA
Tú llegaste a mi tan suavemente
y para entonces ya era demasiado tarde,
yo compartía una vida diferente
con un hombre que llegó para cuidarme.
ÉL
Y yo, dispuesto a cambiar por ti,
tras vivir esa ilusión irreal de tenerte,
te confesé lo que siempre me hiciste sentir
sin saber que en otros brazos estaría por perderte.
El miedo a amarnos nos robó la suerte
de vivir un amor que ya nos pertenecía,
tu dolor nos alejó haciéndose tan fuerte
que ya no tenías lugar para mi compañía.
Entre juegos de seducción buscamos desafiarnos,
sin querer cumplir las promesas de este amor,
apartándote de mí si te acercabas demasiado
seguí con mi vida vacía exiliado en el dolor.
Y tu ausencia llegó, tras el adiós de aquel día,
ardiéndome por dentro la agonía de tu voz,
la realidad jugó contigo en una fantasía
de nosotros juntos y una noche de pasión.
No tuve el valor de aceptar que ya eras mía
a pesar del deseo que palpitaba entre los dos,
perdí la razón al creer que me salvarías
y el sueño de nosotros ante mí se derrumbó.
No imaginé que de ti viviría enamorada,
ni que alguna vez me dolería mucho más
la triste nostalgia de no verme refugiada
en el hermoso cielo azul de tu mirar.
Hoy vuelvo a ti,
porque te amo y no lo puedo evitar,
porque no quiero perderte nunca más,
Hoy vuelvo a ti,
porque sé que tú aliviarás mi dolor
porque no he dejado de pensar en ti,
por el deseo que nunca se apagó
y por esa vida que soñaste junto a mí.
Hoy vuelvo a ti,
por esa historia que siempre pudimos escribir,
porque sólo a tu lado sé que puedo ser feliz,
Hoy vuelvo a ti,
por el tiempo perdido en el rencor
por esa ilusión que nos volvió a encontrar,
por ese amor que fue para los dos
y porque en ti es donde siempre quiero estar.
Hoy vuelvo a ti...
muriendo por tu amor.
Ceci Ailín