Vienes. Te vas el corazón en penas
dejándome cual barco a la deriva
en aguas turbias donde no conciba
señal de auxilio en mis noches serenas.
Vienes. Te vas cuando ni medio apenas
en que te vayas mi solaz estriba
puesto que el frío de mi pecho arriba
si al desamor me lo desencadenas.
Vienes. Te vas y con noticias buenas
de amor ciertísimo a quien luego viva
de dar el suyo con las manos llenas
todito a ciegas aunque al darlo escriba
con tinta y voz -como mi yo- sus penas
que llore luego aunque las sobreviva.