Diletante

SONETO DEL ABANDONO

 

Vienes. Te vas el corazón en penas

dejándome cual barco a la deriva

en aguas turbias donde no conciba

señal de auxilio en mis noches serenas.

 

 

Vienes. Te vas cuando ni medio apenas

en que te vayas mi solaz estriba

puesto que el frío de mi pecho arriba

si al desamor me lo desencadenas.

 

 

Vienes. Te vas y con noticias buenas

de amor ciertísimo a quien luego viva

de dar el suyo con las manos llenas

 

 

todito a ciegas aunque al darlo escriba

con tinta y voz -como mi yo- sus penas

que llore luego aunque las sobreviva.