Mi alma se encontraba perdida
y llegaste tú a mi vida,
para sanar mi herida.
Cuando llegaste tú a mi vida,
mi vida pasaba sin emosión
y para vivir no encontraba una razón.
Pero llegaste tú a alegrar mi corazón,
y llegaste tú una bendición.
Yo me encontraba sumida en mi soledad
y llegaste tú para darme felicidad,
y ahora éres mi necesidad.
Mi vida no tenía razón de ser,
y llegaste tú
regalándome un bello amanecer
y con tu amor me hiciste estremecer.
Llegaste tú una bendición,
llegaste tú y todo cambio,
la esperanza a mí volvió.