Tío querido, rebáteme este instante,
la alegría de este momento,
que siento en esta inquietud,
del tiempo y la virtud.
Tu alegría fue somera,
cuando lo viste en su luz primera,
yo un niño todavía,
la verdad no lo percibía.
No siempre en el camino presente,
estará vigente, el actuar del ser querido,
la inocencia siempre te dará,
el dulzor de la verdad.
De oscuros días pasados, creídos en dolor,
son solamente alegrías, del que sabe de amor,
la alegría es inmensa, si la miras con dolor,
Seamos eternos ahora y no habrá condición.
Mis sollozos de amor,
son alegrías del corazón,
en momentos pasados,
no llegaron ha este zurrón,
solamente ahora,
están en mi constelación.
JC. ROMAN.