La mujer y el mar
Autor David Gómez Salas
Mar embravecido.
semilla de mis pasiones,
al sacudir mi cuerpo
fortaleciste mi alma.
Tu oleaje indomable
lo llevo en la sangre.
Es mi linaje, mi estirpe.
Mi vendaval y fogosidad
son tu herencia.
Ni antes, ni ahora
me espanta
que la embarcación cruja
y el vendaval me sacuda
Nací en la costa
y crecí en el océano.
Amo el cielo encapotado
y la tormenta desatada.
El mar es parte
de mi conocimiento.
De él, y por él,
aprendí y aprendo.
Así explico
mi naturaleza,
Así comprendo
mi temperamento.
Amo a las mujeres
que son tormenta
y también a las
que son bonanza.
Las amo siempre:
ardientes o cohibidas,
inquietas o serenas,
lujuriosas o santas.
Las considero
como el mar...
¡Sublimes!