De rojo quiero verte llegar,
de repente, como una ilusión,
feroz como la luz,
como el recuerdo
de tu voz.
Ahí, donde estás tú, nace mi libertad.
El alba clara y la bruma,
las noches de luna
y las palabras ajenas.
La ribera dulce de tu encanto,
el espanto y la risa loca de mi
primavera.
Hay que ser una amapola
Para rozar el cielo.
Y ahogarse con colores nuevos
para cruzar un vuelo.
Hay que ser tú para entenderme
un poco.
Para mimar el viento
con el pensamiento,
para escuchar la lluvia
desde adentro.