Tu crepúsculo se hizo uno con mi sombra,
bajo un sol adormecido
cetrinas palmeras por testigo,
nos entregamos estrellas,
unimos nuestras almas en un ocre radiante.
El cielo nuestro lecho silente,
labios agitados musitando dulces versos,
miradas de luceros candorosos
recostados en un mar tan sosegado.
Y .... en la arena solo un cuerpo se divisa desde lejos,
aroma celestial, afrodisiaco sabor a sal
diluida en besos espumosos...
entrañable atardecer, aún nuestro,
rubor escarlata de Malecon celestino.